“Qué mejor atiendan a los de Nayarit afectados por el huracán”.  “No es justo que le den a lo de fuera y a los de aquí no”.  “Nos van a quitar nuestros trabajos”.

Seguro habrás escuchado este tipo de frases, durante los últimos días, a propósito del paso de la #CaravanaMigrante en Jalisco.  Y quizá hasta te suene lógico y hayas pensado: “Es cierto…no está bien abandonar a los mexicanos para ayudar a los migrantes”.

Te voy a explicar, porqué los migrantes tienen, aunque a muchos les duela, el mismo derecho que tu y que yo a recibir atención en materia de los derechos más básicos, en su tránsito por México.

De acuerdo con la Declaración Universal de Derechos Humanos, estos derechos son para TODAS las personas del planeta tierra por el simple hecho de existir.

“La dignidad humana es universal, igual e inalienable”, señala este documento, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948.

Los Estados-Nación del mundo están obligados a garantizar estos derechos humanos a TODOS. Vengan de donde vengan. No lo digo yo. Lo dice un tratado que está al mismo nivel de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El artículo 1, asegura:

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”

Y el artículo 6:

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica”

Ahora. Sobre el tema de quienes dicen: “Se debe atender a los damnificados de Nayarit” Tienen absolutamente toda la razón quienes así lo exigen.

Pero a quien deben reclamarle es al Estado Mexicano. No a los migrantes. Ni tampoco a los ciudadanos-particulares, que por sus motivos personales muy respetables van y donan víveres a los migrantes porque así lo tienen a bien hacerlo.

El particular dona a quien desee. En cambio el Estado mexicano debe  atender a todos aunque no lo desee. Esa es la diferencia.

Atender a los damnificados de Nayarit es obligación del Estado Mexicano.  Nadie está diciendo que no lo haga. Al contrario debemos exigirlo.

Pero también se debe atender a los migrantes. Por igual. Así de sencillo.

No lo digo yo. Lo dice el artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Lo cito textual:

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Y te recuerdo que cuando un país firma un tratado internacional está obligado a cumplirlo porque adquiere el mismo valor que la constitución como norma máxima.

Así de clarito. A todos debe atender el Estado. No es una cosa de orden: primero estos y luego los otros. Es a ambos al mismo tiempo. No solo es lo más humano. También es lo legal.

El estado mexicano hace mal al no atender a su gente. Estoy de acuerdo.

Pero no hace mal al atender a los migrantes.

Finalmente, México también es un país de migrantes. Es un acto de reciprocidad darle la mano a quienes buscan una vida mejor, como muchos mexicanos lo han hecho en Estados Unidos de América.

¿O acaso tu no brincarías mil bardas y mil fronteras por salvar a tus hijos y a tu familia?