Julio Ríos
Algunos dicen que salieron tablas, como se dice en el ajedrez cuando los jugadores empatan.
La realidad es que a ambos les fue bien.
Le fue bien a Carlos Lomelí, próximo Delegado de Programas Sociales del Gobierno de la República, pero le va mejor a Enrique Alfaro, gobernador electo de Jalisco, en la visita de Andrés Manuel López Obrador, a Jalisco, como parte de su gira de agradecimiento, y en la que por cierto, durante un mitin -como le gusta a él- anunció un paquete de inversión de casi 22 mil millones de pesos para la entidad, con proyectos como la Línea 4 del Tren Eléctrico.
Le fue bien a Lomelí, porque Andrés Manuel lo llevó al Palacio de Gobierno de Jalisco a su reunión oficial con el Gobernador saliente, Aristóteles Sandoval y el entrante, Enrique Alfaro. Lo sentó en la mesa, a su diestra, con el mismo peso político de un mandatario estatal, algo que no había hecho en reuniones con otros gobernadores.
Y en el mitin en la Plaza de la República, con sus seguidores, con los suyos, Andrés Manuel López Obrador, subió al templete a Lomelí y lo dejó en claro: con este hombre gobernaré.
Esto sin duda, fortaleció a Lomelí. O al menos consolida su papel de hombre de confianza del próximo presidente. Aunque lo que sigue haciendo falta es que el tabasqueño aclare cuál será su papel concreto como súper coordinador.
Le fue bien a Lomelí, pero creo que le fue mejor a Enrique Alfaro.
Porque por fin logró un encuentro con Andrés Manuel López Obrador. Si bien en el Palacio de Gobierno se le notó incomodo por la presencia de Lomelí, el ex abanderado de Movimiento Ciudadano pudo reunirse con el tabasqueño para platicar más tiempo.
Alfaro ya rompió el caparazón. Ya se está metiendo y ya se sentó a platicar. Es el primer gran paso para fortalecer una relación que va a ser sana. Tanto Enrique como Andrés Manuel son políticos con gran oficio. Por supuesto que la relación va a mejorar.
El encuentro se dio en un restaurante de Avenida México, donde Andrés Manuel y Alfaro se sentaron, junto a dos viejos partidarios de la causa lopezobradorista: Enrique Ibarra Pedroza y don Esteban Garaíz, ambos, sobre todo el segundo, personajes que están en la alta estima del próximo presidente de México. Algo que habíamos adelantado puntualmente.
En distintos espacios comenté que el alfarismo cuenta con interlocutores para poder tender puentes entre López Obrador y el próximo Gobernador de Jalisco, y mencioné a estos dos personajes como clave para este propósito. Y así fue.
Cuentan quienes conocieron de primera mano el encuentro en el primer círculo alfarista, que la charla se dio “en términos cordiales y de coordinación”.
Creo que causó buena impresión entre la gente el hecho de que ambos se estrechen la mano. La gente no quiere diferencias, sino coordinación y entendimiento para encontrar soluciones conjuntas a los problemas de Jalisco.
Finalmente, el Gobernador Constitucional va a ser Alfaro.
Nadie más que él.
Y eso lo entiende Andrés Manuel.
El pilón:
Dejó mal sabor de boca el trato que dio Andrés Manuel a la prensa local, a quien no atendió en ninguno de sus tres actos públicos. Además de que a las madres de los desaparecidos que se manifestaban, solo les estrechó la mano y no se dio tiempo para escucharlas.