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Julio Ríos

Twitter: @julio_rios

En los últimos días se aprobaron dos reformas polémicas.

Una al artículo 14 del reglamento municipal de Policía y Buen Gobierno, en Guadalajara, en el que se especifica que quienes exterioricen manifestaciones de cariño (o sexo en la calle, para decirlo sin eufemismos) solo pueden ser detenidos siempre y cuando haya queja de los ciudadanos.

La otra es la Ley Antiruido, aprobada en el Congreso de Jalisco el 15 de agosto y promulgada por Aristóteles Sandoval, a la sazón gobernador del Estado, este jueves 23 de agosto y en el que se contemplan multas de alrededor de 40 mil pesos a vecinos escandalosos, carros con sonido alto y hasta a los templos que truenan cohetes al amanecer.

Los grupos conservadores pusieron el grito en el cielo y dijeron que ahora en Guadalajara se permitirá el sexo en la calle mientras, en contraste, se castiga a quien tenga el carro con sonido alto. Hasta lo plasmaron en memes.

Eso es falso.  No se donde sacan eso.

La reforma al artículo 14 del reglamento tapatío, promovida por la regidora Guadalupe Morfín, es impecable porque tutela varios derechos al mismo tiempo. Además de que elimina conceptos arcaicos como «atentados a la moral pública» o «actos obscenos», que precisamente alentaban la discrecionalidad en el actuar de los uniformados.

Es decir,  esta norma respeta la libre expresión sexual de las parejas. Desde una caricia, hasta relaciones sexuales en la calle (que como leeremos más adelante, no quedan impunes, aclaro).

También tutela a seguridad y la integridad de las personas, como una medida preventiva para evitar la extorsión policíaca.

Recordemos que algunos policías solían buscar parejitas para asustarlos y exigirles dinero o quitarles cosas. O también increpaban a parejas gay porque simplemente lo consideraban «inmoral». Huelga recordar que la dureza de los uniformados hacia este gremio contrasta con la omisión que tienen para con los delincuentes.

Esa discrecionalidad, que alentaba a prácticas de corrupción, es lo que busca eliminar esta reforma

Pero también queda tutelado el derecho a inconfornarse de quién se siente ofendido con alguna manifestación de cariño que algún ciudadano considere excesiva.

Si alguien se siente ofendido, por supuesto que puede llamar a la policía para quejarse. Eso no se extingue de ningún modo.

¡No están permitiendo para nada el sexo en la calle!.

Tres derechos tutelados en una sola iniciativa. Todos en su justa dimensión y en clave de derechos humanos. Me quito el sombrero ante la Regidora Guadalupe Morfin Otero.

La cosa es sencilla: Si nadie se queja de alguna manifestación de cariño (o de sexo en la calle en un caso extremo), es porque nadie vio, o simplemente a nadie molestaron.

En cambio, el ruido ese si daña a terceros, quieran o no quieran.

La gente que al siguiente día tiene un examen o tiene que ir a trabajar, por supuesto que ve vulnerado sus derechos humanos cuando un vecino tiene su fiestonón hasta las 5 de la mañana. O cuando un antro molesta a los que viven en la zona, o cuando nuestro plácido sueño es roto abruptamente por los cohetes de la fiesta patronal.

Asi que señores. No confundamos la gimnasia con la magnesia

Porque como dijo un clásico: Una cosa es una cosa. Y otra cosa, es otra cosa.

Bienvenidas ambas reformas.

El Pilón:

Hay que decir que el ejercicio legislativo encabezado por Augusto Valencia para lograr la aprobación de esta iniciativa de la Ley Anti Ruido, fue ejemplar. Se convocó a mesas de trabajo, que a diferencia de lo que ha ocurrido con otros diputados, no fueron de vaciada, sino que se logró un consenso que dejó contentas a las partes involucradas, en torno a una norma jurídica en la que no se deja de lado lo técnico y jamas se adulteró el espíritu de atacar la problemática que motivó al nacimiento de esta ley.

Ejemplar, sin duda.

Y por cierto. En cuanto a las reformas del Reglamento de Policía y Buen Gobierno de Guadalajara, hay varias a distintos artículos. Es bueno echarles un ojo, ya que incorporan a una normatividad municipal aspectos de progresividad en derechos humanos, conceptos de tratados internacionales y reconociendo que el ejercicio del periodismo y la libertad dd expresión no pueden ser considerados como ofensas a los servidores públicos, además de dejar de manifiesto una posición institucional del ayuntamiento contra la discriminación y la violencia de género.